Cada verano, nuestro profesorado tiene la oportunidad de dar un giro a la historia y unirse al Grupo de Lectura Clásica. Dirigido por uno o más profesores de latín, cada sesión se dedica a un par de obras —una antigua y otra moderna— que abordan temas similares a través de obras muy diferentes.
El verano pasado, Ben Nikota, profesor de latín (Escuela Secundaria 2nd Street), dirigió debates con sus colegas por Zoom (lo que permitió a los profesores participar sin importar sus viajes o reubicaciones de verano). Combinó el ensayo de Séneca, De Otio, sobre el ocio (lo opuesto al trabajo) y cómo debería utilizarse para el bien común con Bartleby, el escribiente una novela sobre el trabajo de Herman Melville, en la que el personaje principal participa en actos de resistencia pasivo-agresiva.Otro debate presentó la novela de Tolstoi, La muerte de Iván Ilich, sobre un trepa social y magistrado que acepta su propia muerte inminente, junto con la historia de Akira Kurosawa. Ikiru, la película japonesa de posguerra basada en esa novela.
Los debates son animados y variados. En uno de ellos se trató una novela gráfica, lo que provocó que algunos profesores tuvieran dificultades para procesar los elementos no textuales de la obra. Esta adaptación demuestra uno de los objetivos de estos grupos de lectura (como en nuestras clases de Bachillerato): no solo ampliamos nuestra comprensión de la tradición clásica, sino que también vemos cómo la obra clásica ha inspirado a personas a lo largo de los siglos.
